31 de enero de 2011

nigthmare

Tengo el blog de sexología algo abandonado. Pero es por los exámenes.
El de descargas sin embargo va viento en popa.

El tema de hoy son las pesadillas.
No entiendo por qué mi mente crea cosas, como caballos deformes, mi pueblo, siempre me lo imagino igual, un pueblo que no existe, una plaza que va a dar a casas ricas...
Aparezco en una plaza siempre con un escenario montado y colchonetas para los niños, sobre el escenario hay una banda tocando, las personas que tocan parecen ciegas y distraídas, con los ojos en blanco algunos otros que miran sin ver. Todos con traje, todos iguales. Las colchonetas son de seres estrambóticos y siempre están deformes o desinfladas. Todo el suelo está mojado y huele a humedad. En la esquina opuesta a las colchonetas, hay un coche rojo aparcado, parece viejo pero limpio a la vez, no sé cómo habrá podido llegar a la acera si hay pivotes que impiden el paso a vehículos.
Está atardeciendo. El suelo es de baldosas color rosa desteñido y resbala, tiene pinta de resbalar incluso cuando no está mojado. Tras la banda de música se distinguen unos soportales con el suelo de otro color. Pese a que se oye jaleo la plaza está vacía. Vuelvo a mirar mejor y las colchonetas están rodeadas de una valla muy alta con un candado bastante contundente que impide el paso. Los edificios de alrededor de la plaza son de una piedra beige y no logro distinguir los tejados, no son altos ni tampoco hay niebla, pero los veo difusos. Creo que hay un campanario por aquí.
Saliendo por la esquina en la que se encuentra el coche rojo y bajando hacia la derecha hay una calle que serpentea cuesta abajo. Los edificios son irregulares y de colores extraños y algunos tienen verjas negras en sus fachadas o ventanas. y al llegar abajo de esa calle, llena de coches aparcados -todos blancos o negros-, se encuentra la casa de mi abuela, de fachada beige.

La casa de mi abuela en sueños, no tiene nada que ver con la realidad. La fachada beige y en la puerta hay un pequeño patio de baldosas beiges también cerrado con un gran pórtico negro muy alto. Dentro de ese pequeño patio no hay plantas, sólo una mecedora que chirría. Tras la puerta principal, blindada de un marrón anaranjado con una gran mirilla, se encuentra un pasillo muy largo con baldosas intercaladas blancas y negras. Las baldosas escurren. Tras el largo pasillo, en el que nunca me fijo si hay más puertas o no, se llega a un comedor amplio con las mismas baldosas ajedrezadas y decorado con muebles antiguos y muy recargados. El comedor es rectangular, a la izquierda hay un gran mueble hasta el techo que ocupa toda una pared, es de madera oscuro y tiene puertas de cristal tras las cuales se ve una buena vajilla, también muy vieja, llena de polvo, en el centro hay una tele que está apagada y refleja la luz que entra por una ventana a su izquierda. La tele también está llena de polvo, hay decoraciones alrededor de la tele -ceniceros, figuras de porcelana, platitos, una libreta...-. La ventana está cubierta con una cortina de tela muy gruesa blancas con decorados de  flores rosas y tallos verdes, también tienen algo de dorado, dejan pasar muy poca luz. Hace frío.
Bajo la ventana hay un sofá de 3 plazas y orejas de una tela verde oscuro. aterciopelada brillante y frente al sofá una mesita de café de mármol blanco y negro con las patas doradas de forja antigua y abajo una bandejita para dejar las cosas, están los mandos de la tele envueltos en plástico lleno de polvo. en el centro del salón hay una mesa de madera oscura y dos patas a los extremos con decoraciones en espiral. No tiene mantel pero tiene un cristal que refleja la poca luz que hay en la ventana. En el centro de la mesa hay un frutero de plata sin nada dentro sobre un pequeño trapo hecho de ganchillo.

Al fondo del pasillo hay una puerta, pero nunca llego a entrar, presupongo que será el baño.
Generalmente mis sueños acaban ahí, a veces. Pero sea cual sea lo que le sigue el sitio es el mismo, el coche rojo, los músicos, el suelo mojado, la casa antigua sin ventanas, fría...

No he logrado encontrar una foto que lo describa ni que describa el horror que me causa.
Así que léanlo quienes tengan tiempo porque he tardado una semana en describir todos los detalles

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