26 de abril de 2011




Hacía muchísimo que no actualizaba, en parte porque no tenía tiempo y en parte por la falta de ganas.
Es como esas veces que te sientes cansado, aburrido. Y de tan cansado y aburrido que estás no te apetece hacer nada, te recreas en ese aburrimiento y no quieres desaburrirte, por cansancio o por simple aburrimiento, porque ya estás así y bueno... qué más da que sigas así si llevas así tantas horas, aburrido.

Sí, mi vida no es lo más interesante del mundo pero hoy necesitaba actualizar. Decir las cosas sin contarlas o contarlas sin decirlas... que todo el mundo me oiga sin escucharme. Al menos sirve para que yo me desahogue y los demás se queden tranquilos de que no voy a dar más la lata.

Este sitio es como mi rincón privado, una especie de Fotolog que no actualizo todos los días, a veces ni siquiera le pongo foto a las entradas. Soy una persona poco constante y el gusto por la fotografía (que no por el diseño) se me acabó hace bastante. Llevan semanas, casi un mes, unas fotos que hice en un concierto sin salir de mi cámara, porque no me apetece subirlas, porque cuando me apetece no encuentro el cable, porque la cámara está descargada.

Es ese sentimiento de estar abandonada por el mundo, de que todo en lo que creías se ha ido a la mierda, una quemazón en el pecho, un que nadie te conozca y te juzgue sin embargo, una lágrima que resbala por la mejilla, el asombro de algo nuevo, inesperado y malo. Todo eso es la espiral de asombro, aburrimiento y cansancio que me tiene absorbida y que ha echo que por unos días olvide mi agorafobia y mi espíritu mezquino y agresivo.
Soy la peor persona del mundo, para muchas otras personas peores, soy mala pérfida y no confío en nadie, porque nadie en mí confía y después de pedir perdón miles y millones de veces yo soy malísima y la gente ha dejado de llamarme, porque no me quieren en sus vidas.

Es una historia tan repetida que no serviría para escribir una historia, una pena. Realmente la gente que merece la pena se cuenta con los dedos de una mano, y a mi pocos me cuentan como esa gente que tan difícil es de encontrar. Y cuando la encuentras y te falla. Uy.

Esta semana de vacaciones, no voy ha decir que haya sido la mejor semana de mi vida, todo lo contrario, sentimientos de estar perdiendo algo, malas caras, malos gestos, la quemazón en el pecho que la repito porque no se va, las lagrimas caídas por las mejillas mucho más que una sola esas lágrimas que aumentan la quemazón.
Realmente cuando ayudas a alguien, cuando le escuchas, le comprendes e intentas hacer algo porque se sienta mejor y lo único que consigues es no conseguir nada, el sentimiento de impotencia que se siente es increíble, mucho más increíble cuando esa persona a la que has intentado ayudar te lo devuelve "insultándote" a la espalda o hablando de ti a las espaldas. Pero bueno. A todos se nos puede escapar algo a la espalda, pero claro. La mala soy yo
...
Siempre soy yo, y lo peor es que lo tengo tan asumido que me siento una conformista.
Todo pasa con el tiempo ¿qué puede hacer una simple persona?
Contra 100.
Nada.

Y la más mala de todas es quien más tiene que callar. Pf cómo odio a las mosquitas muertas.